Que sabemos sobre
la guerra de Vietnam?
Desde 1959
hasta 1975, hubo un enfrentamiento entre Vietnam del Norte ( comunista) y Vietnam del Sur. Pronto se convirtió en un conflicto
internacional cuando Estados Unidos y otros 40 países más apoyaron a Vietnam
del Sur, mientras que la URSS y la
República Popular China enviaban suministros a Vietnam del Norte .
En el bando de Vietnam del Norte murieron 10 veces
más que en el del Sur. Pero a pesar de ello Estados Unidos se tuvo que retirar
derrotado porque no pudo destruir al pueblo de Vietnam del Norte, y a parte de
Vietnam del Sur que lo apoyaba.
Los vietmamitas del norte, luego, invadieron el sur, unificaron la naciòn en
1976 y declararon a Hanoi capital de la Repùblica
Popular de VietNam. En ese marco el papel de las mujeres del Vietcong
(organización guerrillera que luchó apoyando la causa de Vietnam del Norte)
quedó totalmente invisibilizado en la historia del mundo.
Vo Thi Mo
Vo Thi Mo no recuerda cuándo empezó a odiar a los americanos.
Quizá tras la muerte de dos de sus hermanos en un bombardeo.
Mo fue guerrillera. Y abatió a su soldado americano número 10 y
recibió una medalla a la Victoria Militar.
Mo había sido promovida hasta convertirse en subcomandante del batallón femenino C3 y
nombrada «mejor soldado de su compañía». Las historias sobre su valor corrían
de boca en boca. Ella quería ver a los
estadounidenses fuera de su país y estaba
dispuesta a luchar para conseguirlo.
Una vieja fotografía de Vo Thi Mo en blanco y negro,
tomada cuando tenía 17 años, adorna su casa, hoy, en su pequeña aldea. La imagen no hace justicia a la
fama de guerrera despiadada que llevó a los estadounidenses a poner precio a su
cabeza: la cabellera morena, larga y bien peinada, las facciones del rostro
aniñadas, la mirada al frente y las manos adolescentes sujetando un antiguo
fusil. Los hombres y mujeres del Vietcong jamás llevaban uniforme, vestían ropas
de campesinos y golpeaban en emboscadas antes de desaparecer mezclándose entre
la población rural.
Al principio nadie en las fuerzas vietnamitas tomó
en serio a las adolescentes que llamaban a las puertas de los campamentos del
Vietcong ofreciéndose para la guerra.
Los mandos de la guerrilla fueron aceptando poco a
poco la intervención de las mujeres hasta que en 1965, se creó el batallón C3, formado exclusivamente
por mujeres. La mayoría, como Mo, fueron reclutadas cuando todavía no habían
cumplido los 16 años.
Ella cuenta
que se encontraba al frente de un grupo de guerrilleros del Vietcong cuando
sorprendió a tres soldados estadounidenses descansando . Les apuntó con su
AK-47, cuando uno de ellos mostró una fotografía de su familia. Los otros dos militares
sacaron varios sobres y empezaron a leer
en voz alta las últimas cartas que habían recibido de América. Los tres
rompieron a llorar. «Y por primera
vez les vi como a personas. Di media vuelta y me marché de allí».
Estas mujeres
cabalgaban entre las líneas
estadounidenses a bordo de ciclomotores, eran especialistas en el asesinato
selectivo de oficiales, llevaban a cabo algunas de las operaciones más
arriesgadas en las junglas del sur del Vietnam y, en lo que todavía recuerdan
como la más dolorosa de sus misiones, se introducían hasta las mismísimas camas
del enemigo para sonsacar información
entre ratos de amor fingido.
Washington lo intentó todo para eliminar a ese enemigo invisible. Miles de hectáreas de
jungla fueron rociadas con agente
naranja en un intento de arrasar sus escondites, pero no pudieron con ellas.
Vo Thi Thanh
Vo Thi Thanh tenía sólo 13 años cuando, harta de los
bombardeos, empezó a cavar trincheras para el Vietcong. Poco después tuvo su
primer fusil y aprendió a disparar por su cuenta. Su puntería llamó la atención
de sus compañeros y muy pronto fue integrada entre las mujeres guerrilleras.
Prácticamente todas las mujeres del batallón C3,
guardan alguna herida de guerra. Algunas han mantenido las suyas en secreto
durante todo este tiempo por miedo al estigma de haber perdido un pecho o al
rechazo que podrían provocar sus cicatrices.
Thanh viste una chaqueta rosa de manga larga que
oculta el muñón a la altura del antebrazo izquierdo. «La pérdida de un brazo no
se puede ocultar», dice. «Así que con los años he aprendido a sentirme
orgullosa de esa herida».
Thanh fue una
espía del amor. Su misión era vestirse con sus mejores trajes, maquillarse y
visitar los cafés de Saigón frecuentados por soldados americanos. Era
importante que no la consideraran una prostituta, sino una potencial novia, y
que los soldados cayeran rendidos a sus encantos.
Finalmente
fue descubierta y arrestada en 1970, después de haber facilitado decenas de
mapas que ella misma había dibujado a mano con detalles de las instalaciones
militares americanas. En prisión fue interrogada y torturada.
Las heridas que sufrió en su brazo izquierdo se
infectaron y cuando fue puesta en libertad, sus compañeros del Vietcong le
salvaron la vida amputándoselo, a cuchillo, y sin ningún tipo de anestesia.
Cinco meses después, estaba de nuevo en el frente, esta vez subida
a la parte trasera de una motocicleta desde la que disparaba sujetando el arma
sobre el muñón.
Ellas derrotaron a
Estados Unidos.
Para las guerrilleras del Vietcong la vida fue
siempre especialmente difícil. Al igual que muchos de sus compañeros, pasaban
gran parte del tiempo en el sistema de túneles subterráneos , donde se
organizaban las emboscadas y la resistencia había creado un mundo aparte, con
salas de reuniones, depósitos de armas, cocinas, escuelas y dormitorios.
La vida en el interior de los túneles era tan dura que la mayoría de las mujeres se
sentían aliviadas cuando les tocaba salir de los agujeros a luchar. No había
apenas medicinas para tratar a los enfermos, sufrían ataques constantes de
malaria y podían pasar semanas sin que hubiera nada más que arroz para comer.
Los americanos solían tratar de eliminar a los Vietcong echando agua por los
agujeros o asfixiándoles con gases.
SIN RENCOR
El 30 de abril de 1975, con la caída de Saigón,
capital de Vietmam del Sur y la imagen
de los últimos helicópteros estadounidenses evacuando al personal de la
embajada americana desde la azotea, el sueño se vio por fin cumplido. El mayor
Ejército del mundo había sido derrotado.
Prácticamente todas las mujeres del batallón C3
perdieron a alguno o a varios familiares en la guerra. Todas, aseguran no
guardarle rencor a EEUU. Pero las noticias de las guerras de Medio Oriente se
han convertido en un constante recordatorio de los días de lucha.
Hoy, la
mayoría viven retiradas en el campo, sus hijos se han hecho mayores y las
pequeñas subvenciones que el Gobierno les da por sus heridas de guerra apenas
alcanzan para sobrevivir. Todas guardan
en su memoria su apodo de guerra secreto, pero ninguna está dispuesta a
revelarlo aún hoy. Siguen teniendo alma de guerrilleras.
Fuente: Diario El Mundo. España.