sábado, 21 de marzo de 2015

Mujeres escritoras.

En el mes de la mujer el reconocimiento a  mujeres poetas, ensayistas, dramaturgas. Siempre una mujer escribiendo. Esta es  mi lista de algunos de  los mejores libros escritos por mujeres.


Cumbres Borrascosas de  Emily Bronte : La poderosa y hosca figura de Heathcliff domina Cumbres Borrascosas, novela apasionada y tempestuosa cuya sensibilidad se adelantó a su tiempo. Con el trasfondo de la historia familiar de los Earnshaw y los Linton, la obra narra la vida de dos generaciones que se cruzan en el amor infortunado del protagonista por su compañera de infancia. En escenarios exóticos, y entre exaltaciones poéticas, la historia de amor trágico crece hasta conseguir momentos de gran lirismo en los que se mezclan la pasión con la muerte y el arrepentimiento con la venganza. Emily Bronte, vivió en la primera mitad del siglo XIX, y nos dejó este clásico cargado de pasión, belleza y poesía.



El corazón helado de Almudena Grandes: Alvaro Carrión y Raquel Fernández Perea son descendientes de familias atravesadas por el odio fraticida de republicanos y nacionales en España.  Condenados a encontrarse porque sus  historias familiares, que son también la historia de muchas familias en España, forman parte de sí mismos.  Explican  sus orígenes, su presente y su atracción mutua. Con El corazón helado Almudena Grandes nos entrega sin duda su novela más ambiciosa, en la que traza a través de esas dos familias un panorama emocionante de la historia reciente de España y también del conflicto de las nuevas generaciones con la memoria.


Criadas y Señoras de Kathryn Stockett:  Es una novela de denuncia social, un retrato de la sociedad norteamericana en plena lucha por los derechos civiles de la raza negra, contextualizándose en esas pequeñas o  grandes batallas que día a día libraban las mujeres en su vida cotidiana. Un fantástico relato de personajes, con un inteligente y a veces ácido sentido del humor.  Causa estupor leer como todavía en los años sesenta del siglo pasado se vivía la segregación en el sur de Estados Unidos. Las protagonistas de este libro, patronas blancas y sirvientas negras, serán inolvidables.

Suite francesa: Irene Nemirosky : Este  manuscrito perdido e inconcluso de Irène Némirovsky se encontró años después de su desaparición, en un campo de concentración alemán.  Imbuida de un componente autobiográfico, Suite francesa se inicia en París los días previos a la invasión alemana. Tras las primeras bombas, miles de familias se lanzan a las carreteras en coche, en bicicleta o a pie. Némirovsky dibuja con precisión las escenas que se suceden en el camino: ricos burgueses angustiados, amantes abandonadas, ancianos olvidados en el viaje.  A medida que los alemanes van tomando posesión del país, se vislumbra un desmoronamiento del orden social imperante y el nacimiento de una nueva época. La presencia de los invasores despertará odios, pero también historias de amor clandestinas y  muestras de colaboracionismo. Concebida como una composición en cinco partes , la autora alcanzó a escribir solo dos. Némirovsky muestra el fiel reflejo de una sociedad que ha perdido su rumbo.


Diez negritos de Agatha Christie: Diez personas reciben  cartas de  un desconocido Mr. Owen, que las invita a pasar unos días en la mansión que tiene en  la costa de Devon. La primera noche, después de la cena, una voz los acusa, de ser culpables de un crimen. Lo que parece ser una broma macabra se convierte en una realidad cuando, uno por uno, los diez invitados son asesinados en una atmósfera de miedo y mutuas recriminaciones. La clave parece estar en una vieja canción infantil. La genialidad de Agata Christie en una de sus más famosas historias de misterio.

Mujercitas  de Louisa May Alcott: Este delicioso  relato narra historia de la Señora March y sus cuatro hijas: sus enamoramientos, sus aspiraciones,  sus complicaciones, con una fina descripción de caracteres, muestra el crecimiento de estas niñas poniendo gran énfasis en el espíritu de la libertad individual, inusual para una época en que la mentalidad estaba dominada por un ideal romántico puritano. Cada una de las hijas con una personalidad definida, se transformaron en referente de todas las niñas occidentales.


La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero:  Cuando Rosa Montero leyó el maravilloso diario que Marie Curie escribió tras la muerte de su esposo, sintió que la historia de esa mujer fascinante que se enfrentó a su época le llenaba la cabeza de ideas y emociones. Este libro  nació de ese incendio de palabras, de ese vertiginoso torbellino.  Rosa Montero construye esta narración  entre el recuerdo personal y la memoria de todos, entre el análisis de nuestra época y la evocación íntima. Son páginas  hablan de la superación del dolor, de las relaciones entre hombres y mujeres, del esplendor del sexo, de la buena muerte y de la bella vida, de la ciencia y de la ignorancia, de la fuerza salvadora de la literatura y de la sabiduría de quienes aprenden a disfrutar de la existencia con plenitud y con ligereza.

No sin mi hija  de  Betty Mahmoody: Con la colaboración de William Hoffer, la autora narra su arduo calvario para preservar su libertad y la de su hija. Retenidas en Irán, por su marido iraní, obligadas a quedarse allí para siempre. La vida en Irán, el encierro, conforman un relato apasionante y aterrador. Un contraste de culturas que enseña y hace pensar la situación de las mujeres en aquellos contextos tan lejanos.



Persuación de Jane Austen: Jane Austen escribió su obra en los
primeros años del siglo XIX.  La ironía que emplea para contar sus historias hace que  sea contada entre los clásicos de la novela inglesa. Su éxito sigue generándose  en la actualidad ya que es leída por un público muy amplio. Persuación  es la historia  del romance de Anne, la hija menor de Sir Walter Elliot, bonita y sociable, que se enamora del Capitán Wenworth, a pesar de las barreras sociales. La vanidad y los prejuicios de una aristocrática familia se interponen en el amor profundo y sincero de una  joven pareja. Romanticismo asegurado.

La casa de los espíritus de Isabel Allende: Narra la saga de una
poderosa familia de terratenientes chilenos. El despótico patriarca Esteban Trueba ha construido un imperio privado,  que empieza a tambalearse a raíz   de un entorno social explosivo. Atrapados en  dramáticas relaciones familiares, los personajes de esta portentosa novela encarnan las tensiones sociales y espirituales de una época que abarca gran parte del  siglo XX. Isabel Allende perfila el destino de sus personajes como parte indisoluble del destino colectivo de un continente, marcado por el mestizaje, las injusticias sociales y la búsqueda de la propia identidad.



domingo, 15 de marzo de 2015

Memoria de dos mundos.

Memoria de dos mundos de María Bamberg.

La posibilidad de interactuar en distintos grupos de lectores siempre provoca buenas experiencias. Un grupo español del que participo,  organizó para fin de año un juego del amigo invisible con los integrantes de cada país. Me tocó regalarle a  una amiga de San Fernando y desde Lincoln salió para allí  una caja con distintos regalitos y recuerdos. Elegí regalarle un libro de Isabel Allende, ya que es una escritora que generalmente gusta a muchos lectores. Por mi parte, días después recibí una caja que venía de Villa Constitución, Pcia de Santa Fe. Realmente mi amiga de allí, se superó. Muchas sorpresas lindas y entre ellas el hermoso libro Memorias de dos mundos de María Bamberg.


Yo no conocía a María Bamberg. Me enteré que había escrito un libro anterior convertido en  best seller, basado en   cartas de su madre, titulado Allá en la Patagonia. Seguramente en un tiempo cercano lo buscaré y lo leeré.

En este libro de sus memorias,  Maria no cuenta epopeyas increíbles, cuenta de un modo ameno y entrañable  la vida de una familia  alemana inmigrante en la Patagonia


De Alemania a la Patagonia.

María Brunswig ( de casada, Bamberg ) nació en Alemania en 1915 pero se crió en la Patagonia argentina, porque su padre, el oficial de marina Hermann Brunswig, que en 1918, después de la Gran guerra lo perdió todo, recibió una propuesta de trabajo para establecerse en una estancia en la Patagonia argentina. Hermann viajo a establecerse, pero recién tres años y medio después pudo traer a su familia. Esa familia  estaba compuesta por su esposa Ella, su hija mayor María y las mellizas Ija y Asse. Posteriormente nacerían en Argentina dos hijos varones más. El 6 de enero de 1923, Ella se embarcó en el puerto de Hamburgo junto con las niñas, rumbo a la nueva vida. Treinta y un días duró el viaje hasta Buenos Aires, luego ocho días a lo largo de la costa patagónica hasta llegar a Puerto Deseado  Y tres días más en auto para arribar finalmente a la estancia del Lago Ghio, en la zona de Perito Moreno,  donde  Hermann
Brunswig las esperaba.
María relata la vida en  esos años a través de las cartas que su madre envía a su abuela en Alemania. Las cartas dan cuenta de   la vida cotidiana de una familia alemana en la Patagonia : la casa, sus habitaciones, los muebles, la alimentación, las tareas, la soledad.
María también relata sus juegos y experiencias de niña, su recolección de elementos de una  época anti glaciar o pre hispánica, los juegos y las cabalgatas en esos lugares prácticamente inexplorados y de belleza increible.
 Luego de un año la familia se traslada a otra estancia, Chacayal, en  la zona de San Martín de los Andes.   En esos bosques de la zona las niñas alemanas disfrutaron de múltiples juegos y experiencias.  Allí tampoco era posible que las niñas asistieran a la escuela. Tuvieron algunas institutrices pero era muy difícil conseguir  personal  estable en  la Patagonia deshabitada. Todos los conocimientos adquiridos y  los libros que les proveían eran en alemán.
 En 1929 las niñas son enviadas a Berlín, a casa de sus tios  para hacer su bachillerato. Allí viven durante 6 años. Son  los inicios del socialnacionalismo. Ven desaparecer a sus amigas judías . A fines de 1935 María obtiene su bachillerato y decide regresar a Argentina. No sabe ni una palabra de español, ya que  sus padres jamás le permitieron hablar nada que se pareciese al castellano.
 En Argentina, María comienza a desempeñarse en distintos trabajos como institutriz y como secretaria lo que le va permitiendo aprender el español. En Córdoba conoce  a quién será  su esposo, Paul Hans Bamberg,  un médico judío alemán originario de Berlín que,  había podido salvar su  vida  junto a su familia escapando a la Argentina. Alli,   María obtiene los títulos de traductora de alemán e inglés.  Se casa a pesar de la oposición de sus padres , quienes no aceptaban que su hija se casara con un judío. Vivirán en Argentina, en Córdoba y en San Rafael. La vida en San Rafael, como esposa de un médico que va abriéndose camino, contada a la manera de María se constituye en una lectura muy detallada e interesante.
 Luego de tres décadas  por nostalgia de Paul-Hans y por la inestabilidad del país  deciden retornar a Berlín en 1963. El matrimonio había tenido 4 hijos.

Traductora en Alemania.

En Alemania, deben comenzar una nueva vida, María ayuda en la consulta  y comienza
a desarrollar una nueva profesión , que la iba a acompañar nada menos que durante veintiséis años: la traducción.
 Nunca imagino que esta actividad le abriría un sendero nuevo. Maria  recibió una propuesta  para la traducción  de una colección titulada: Latinoamérica, voces de un continente, junto con un texto de prueba para traducir. Pasó la prueba y comenzó su nueva tarea.  Luego tradujo obras del inmenso escritor mexicano Carlos Fuentes.   Desarrolló con él  una  amistad de muchos años , durante los cuales  aprendió mucho  sobre literatura y cultura latinoamericana .
Con la traducción ganó mejor práctica en el uso del español, lo cual le sirvió también en otro terreno: en 1975 llegaron a Berlín los primeros refugiados políticos expulsados de Chile, solicitando acogida y derecho de permanencia. Amnistía International, donde participaba su esposo Paul-Hans Bamberg, había conseguido que la República Federal acogiera anualmente unos mil doscientos refugiados de la dictadura del general Pinochet. Luego comenzarían a llegar los argentinos.
Y algo más fue posible gracias a la relación de la traductora María Bamberg con los latinoamericanos: Formó traductores entre los exiliados.
Luego de su éxito con su libro Allá en la Patagonia, fue invitada por la familia  propietaria de una de las estancias donde había transcurrido su infancia a pasar un día allí. María, sus hermanos, hijos y nietos revivieron un día de su vida en aquella Patagonia que los acogió sesenta años atrás.
María nos deja estas memorias como un regalo para todos, su historia y  su prosa que  es un canto a la vida.




martes, 10 de marzo de 2015

Sara Osatinsky,

Sara Solarz de Osatinsky tiene 77 años.  Es una  sobreviviente del campo de concentración ESMA pero es muchas cosas más. En su paso por el campo, la llamaban Quica, era una mujer de cabellos castaños y largos, con una sonrisa resignada detrás de la que se ocultaba una inmensa angustia.

Las muertes.

Sara había sido mujer y compañera de Marcos Osatinsky, fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Marcos, o el Pelado  fue uno de los famosos jefes guerrilleros que en agosto de 1972 escaparon del penal de Rawson. Durante su fuga, pasó un tiempo en Chile y luego en Cuba.

De regreso a la Argentina, vivía en Córdoba, en la clandestinidad, usando otra identidad. Allí fue detenido  en 1975.  Muchas son las versiones acerca de su muerte, unos dicen que murió de forma accidental en un tiroteo en una ruta, otros que luego de torturado lo mataron atándolo a dos autos y corriendo carreras. Su cuerpo fue escondido y dinamitado en un pozo en la Pcia de Córdoba. Luego de años sus restos fueron rescatados.

Sara y Marcos tuvieron dos hijos. Mario y José. Ambos militaban en organizaciones políticas en aquella década del 70.  Mario de 18 años,  fue acribillado, en marzo de 1976,  con un grupo de compañeros en la localidad de Alta Gracia. Quica se desmayó cuando escuchó la noticia por radio. En 2003, los restos de Mario fueron encontrados en una fosa común en el cementerio de San Vicente y entregados a Sara. Hoy descansan en un cementerio en Tucumán junto a los de su padre.
José, de 15 años, estudiante de una Escuela Técnica fue rematado escapando de militares que lo perseguían en julio de 1976. Los restos de José no pudieron ser recuperados porque fueron juntados con palas mecánicas, mezclados con otros e incinerados.

“Pensar que éramos una familia, pensar que alguna vez fuimos felices” reflexionaría años después Quica.

La Esma.

En  1977 Sara fue secuestrada en Buenos Aires, donde la desmayaron golpeándola con una llave inglesa. En la sala de tormentos de la ESMA jamás habló a pesar de todas las torturas a que fue sometida.
Por su historia, Quica en la ESMA era una presa “importante”. Tan importante se la consideraba que la visitó el capitán del ejercito, represor de La Perla en Córdoba, Verguez,  quien quería llevársela su provincia para borrar personalmente “ el apellido Osatinsky de la faz de la tierra”.  Aunque no logró llevársela, ya que ella era “propiedad de la ESMA”    le contó con lujo de detalles la  tortura y muerte de su esposo y sus hijos.
Sara se constituyó en la ESMA en algo así como una figura maternal para otros presos. Se transformó en la partera del campo. Asistió a más de 14 embarazadas, lo que luego le permitió brindar información para la localización de niños cuyas madres habían sido asesinadas.
Sara era para sus compañeros secuestrados una suerte de virgen, una santa montonera. Su sufrimiento y su prestigio  parecían haberla purificado  ante los ojos de los demás.
Los represores de algún modo también la consideraron de un modo especial , de hecho la ubicaron para trabajar en el staff de oficina de propaganda que funcionaba en la ESMA, lo que también le dio posibilidad de obtener información.

El abuso sexual.
Sara provocó una especie de terremoto emocional entre los sobrevivientes del campo cuando en 2007 ( aproximadamente 30 años después de los hechos ) relatara a un juez, sin que mediaran preguntas al respecto, que  había sido abusada sexualmente, por uno de los más detestables personajes de la ESMA, el prefecto Héctor Frebes, alias El Gordo Selva o Daniel. Febres fue también  acusado por otras presas sobrevivientes de delitos sexuales.

Quica explica que “le llevó mucho tiempo comprender que se trató de una situación de abuso sexual”. Su voluntad estaba anulada, el sufrimiento la paralizaba y estaba bajo constante amenaza de muerte. En ese contexto también la llevaron hasta Tucumán donde a través de papeles fraguados se quedaron con el dinero de la herencia de sus padres.
En 1978, Quica junto a otra prisionera, con dos niños,  fueron dejadas en libertad y se establecieron en Valencia, España. Pero Febres las controlaba y las visitaba sin previo aviso. Estaban libres pero se sentían presas en una relación de sometimiento.
Quica permaneció en el exilio europeo, que aún perdura, trabajando en un centro de recepción de refugiados.
En 2007, cuando realiza su denuncia, pone nuevamente sobre el tapete el tema de las relaciones de presas con represores.

Violación o consentimiento? Las definiciones de abuso sexual incluyen todas las situaciones por las que vivía Sara. Aislada, débil, con el peso de sus pérdidas irreparables, quebrada. El abusador avanzó sobre su cuerpo y su vida. Tampoco había ningún resquicio por donde pudiera negarse. Cómo hacerlo?
Está comprobado que en los campos de la muerte de Argentina, ni la delación, ni el quiebre en la tortura, ni el sometimiento sexual tuvieron relación directa con la sobrevivencia. Todos los desaparecidos estaban condenados a muerte. Los detenidos y detenidos ignoraban que tenían que hacer o decir para tratar de vivir unas horas más, unos días más.
Pensar que una mujer podía resistirse o negarse a la violencia sexual dentro de un campo de concentración manteniendo su cuerpo “ impoluto” es no poder salir de una lógica donde nos enseñaron que la mujer tiene un mandato que obedecer, una pureza que resguardar.
Por ello, las mujeres violadas que fueron posteriormente liberadas, guardaron silencio durante mucho tiempo.  No podían hablar de lo ocurrido ni siquiera entre sus pares.
Miriam Lewin  expresa en la introducción del  libro Putas y guerrilleras, que escribió junto a Olga Wornat,  que resulta difícil entender lo que pasó, a años de distancia para quienes  lo han vivido. Como podremos entender quienes lo vemos de afuera?
Desde los orígenes del mundo, el abuso hacia las mujeres es una realidad que aterra, abruma y avergüenza. En todos los conflictos bélicos han sido consideradas botín de guerra. Todos los ejércitos vencedores,  hasta   los que la historia considera “buenos” abusaron sexualmente de las mujeres de los pueblos derrotados. Pensar que estas relaciones fueron “ amores perversos” es una equivocación, estas violaciones son crímenes aberrantes de lesa humanidad y como tal deben ser vistos y considerados, sin prejuicios ni medias tintas.
Estamos recorriendo un camino,  el velo se está descorriendo y los crímenes sexuales están saliendo a la luz al igual que todos los tipos de torturas. Que los violadores  sean juzgados y paguen por estos crímenes aberrantes. Que así sea.
                                                               Fuente: Putas y guerrilleras.
                                                           Miriam Lewin y Olga Wornat.


lunes, 2 de marzo de 2015

La cárcel del fin del mundo.

En un viaje a Ushuaia, además de nuestras increíbles bellezas naturales, una visita obligada es conocer la antigua cárcel o Presidio como allí se lo denomina.  Conocerla es adentrarse en un pedazo de historia argentina, no muy conocido pero muy terrible y con connotaciones de totalitarismo, así como también producto de una cosmovisión de época.

La historia.

Emulando a Gran Bretaña, que enviaba sus presos a Australia, o a Francia que los ubicaba en sus colonias, Argentina armó su propio campo de concentración en el lugar con el clima más terrible que pueda imaginarse, enviando allí a asesinos comunes, anarquistas, personajes que pensaban diferente o sea todo aquel que se saliera del molde de la sociedad de aquel momento.
Pensando en ubicar a los presos en aquellos inhóspitos lugares y además con la intención de poblar el extremo sur entre 1884 y 1889 se construyó un presidio en Isla de los Estados. Por razones climáticas  esta cárcel no pudo prosperar,  por lo que en 1902 se comienza a construir otra, en la  Isla Grande de Tierra del Fuego, en un principio destinada a personal militar y luego, en 1917 ampliada para albergar a presos comunes.

Para la elección de este lugar también se tuvo en cuenta los trabajos forzados que allí realizarían los presos: forestación y minería, actividades que en Isla de los Estados eran inviables.
Primeramente los presos fueron alojados en precarias instalaciones, mientras ellos mismos construían lo que sería el definitivo edificio del Presidio.


Arquitectura.

Construido  en la zona este de la ciudad de Ushuaia, con  cinco pabellones principales, llegó a  alojar a más de 540 presidiarios.
Unas 250 personas, entre guardiacárceles y celadores, custodiaban a los penados. Los pabellones estaban dispuestos en estrella, alrededor de un vestíbulo central; cada uno de ellos contaba con dos pisos, en los que se alineaban a ambos lados celdas de unos cuatro metros cuadrados; eran 380 calabozos con muros de roca de 60 centímetros. Cuando la población del penal excedía su capacidad, las caballerizas se transformaban en improvisadas celdas comunes, alojando cada una unos 40 o 50 reclusos.
Es muy impresionante ver esas pequeñas celdas y pensar que allí transcurrían su vida, cuando no estaban trabajando, esas personas, sin visitas de familiares, sin contacto con el mundo exterior y en un clima tan desfavorecido. Uno de los pabellones se conserva intacto, logrando en el turista visitante, un sentimiento de opresión y angustia.

Vida en la cárcel.

A los reclusos se les proporcionaba educación primaria, en caso de no tenerla, y una retribución por los trabajos realizados. Existían rudimentarios talleres de carpintería, herrería, imprenta, mecánica y zapatería; otros reclusos trabajaban cubriendo las necesidades de la propia población del presidio. Los que se consideraban de buena conducta trabajaban en la tala de árboles para leña, y en las últimas etapas de su funcionamiento en la obra pública para la ciudad de Ushuaia.

Un pequeño tren que conducía hasta la actual ubicación del Parque Nacional Tierra del Fuego transportaba a los reclusos. El tren es el que aún hoy recorre el Parque Nacional transportando a los turistas por esos bellos paisajes. Allí en el clima más frío que pueda imaginarse realizaban los trabajos de tala y forestación.
 Existen archivos fotográficos en el propio museo del Presidio que dejan constancia de que hacia la década de 1920 los presos también formaron  una banda de música que animaba a los habitantes en los días domingos.

El penal fue clausurado por Roberto Pettinato (padre del conductor de TV) durante el gobierno de   Juan Domingo Perón, basado en motivos humanitarios. Los prisioneros fueron derivados hacia otras cárceles ubicadas en el sector continental de la Argentina. Luego del cierre del Presidio, sus instalaciones fueron entregadas a la Armada Argentina.

Reclusos famosos.
Entre los reclusos más celebres se recuerda a Cayetano Santos Godino, apodado el Petiso Orejudo, un jovencísimo psicópata que protagonizó los primeros asesinatos en serie de la Argentina. También, y por muy distintas razones al  anarquista Simón Radowitzky  condenado a reclusión perpetua por el atentado que mató en 1909 al jefe de policía Ramón Lorenzo Falcón; indultado luego  por el presidente Hipólito Yrigoyen en 1930. Simón fue el único preso que logró escapar de la prisión y la isla, pero fue recapturado y vuelto a encarcelar. Su vida merece una crónica en este espacio.
Durante los gobiernos de José Félix Uriburu y Agustín Pedro Justo los contingentes de obreros, presos políticos ( lideres radicales ) fueron numerosos. El director del presidio durante esa década, Adolfo Cernadas, fue acusado de torturas en varias oportunidades. Esos espantosos tormentos (extracción de uñas, por ejemplo) son contados en base a relatos reales extraídos de diarios  y  fragmentos de cartas  de internos de esa época.
Existía también, por esos años una categoría que era la de “ confinado político”, personas que no   estaban presas en la cárcel, pero estaban confinadas en Ushuaia, como si fuera un destierro.
Entre ellos, ex diputados y políticos radicales, periodistas y sindicalistas opositores: Pedro Bidegain, Elpidio González, Hector J Cámpora, Ricardo Rojas, Honorio Pueyrredón, Enrique Mosca y otros muy reconocidos en esas décadas.

Actualidad.
En 1994 una Asociación civil de Ushuaia  consiguió que la Armada desafectara del uso militar   del presidio, y gracias a la colaboración de  autoridades y el aporte de material de variados orígenes se inauguraron en el edificio dos museos: el del Presidio, y el Museo Marítimo de Ushuaia.   También se exponen en los pabellones muestras no permanentes relacionadas con distintos aspectos de la historia de la ciudad y sus pobladores originarios.
Además funciona, desde 1996,  el Museo de Arte Marino Ushuaia, que es el primer Museo de Arte de Tierra del Fuego. En él se puede apreciar a  artistas argentinos con  temáticas relacionada al agua. Así encontramos a Berni, Soldi, Quinquela Martín, Oscar Vaz, Lacamera, Daneri, Lazzari y otros  artistas contemporáneos.
En otro pabellón encontramos el Museo Antártico José María Sobral.  
En 1997 el Museo fue declarado Monumento Histórico Nacional por el Congreso de La Nación. El Museo Marítimo de Ushuaia conjuntamente y con  la Armada Argentina realizaron estudios de arqueología en los restos del Faro de San Juan de Salvamento de Isla de los Estados, más conocido como Faro del Fin del Mundo por la novela de Julio Verne. En un patio del presidio se levantó una réplica de aquel faro que puede visitarse.
La cárcel del fin del mundo traza un completo perfil de época. Nuestra propia Siberia en el Sur, con el viento helado incesante y la dureza y el horror del que solo es capaz el ser humano. Al decir de Dostoyevsky, formar momias disecadas y medio locas, como modelo de arrepentimiento y corrección.