sábado, 28 de diciembre de 2013

Mónica Carranza.


En la década de los ´90 se agudizaron los niveles de exclusión y vulnerabilidad en América Latina y específicamente en Argentina. El desempleo en ascenso, la completa desatención respecto a dificultades sociales, las políticas neo liberales implantadas  propendieron al deterioro del entramado  social alejándose cada vez más de una sociedad justa y con igualdad de oportunidades.
En ese contexto comienza a hacerse conocida, a través de los medios, la figura de Mónica Carranza.

La increíble vida de Mónica.
Mónica había nacido en el barrio porteño de Parque Patricios en un hogar muy pobre, y vivió junto a sus once hermanos hasta los nueve años, cuando la muerte del padre y la ausencia de la madre hicieron que todos los hermanos fueran  repartidos en diversos institutos. La desprovista mesa familiar que  los reunía quedó grabada en el espíritu de la niña como un paraíso a reconquistar.
Mónica no soportó la institucionalización y terminó por escaparse. Pasó hambre, sintió frío, durmió a la intemperie, sufrió abusos. Entre semejante desamparo, en  correccionales de menores y  comisarías, atravesó la adolescencia. “En esas noches de frío en la calle, siempre soñaba con un hogar cariñoso y sábanas limpias”, recordaría después.
Alguien la rescató de la calle y le enseñó a leer y escribir. Con el tiempo  fundó una familia en Mataderos, tuvo un hijo. Y el haber reconstruído la mesa familiar, no le hizo olvidar el desamparo doloroso que había conocido desde la niñez.
Un par de chicos a comienzos de los 90 le pidieron algo para comer y fueron el detonante que puso en marcha su actividad solidaria. Mónica les ofreció unos sandwiches. Al día siguiente volvieron, y trajeron a otros consigo. Al poco tiempo formaban una grupito de unos veinte voraces “carasucias”, como los llamaba afectuosamente.
Con el tiempo la noticia de que una mujer daba de comer se comenzaba a difundir, y empezaba  el milagro. Muchísimas personas de todas partes se acercaban a traer alimentos, pero también se sumaban más y a comer. Esos pibes, nunca supieron que la misma mujer que les cocinaba, por la noche confeccionaba  flores que de día vendía o canjeaba por alimentos para sorprenderlos no solo con un plato de comida, sino con una sonrisa que reflejaba esperanza, con una palabra que los entendía y comprendía tal vez como nadie. Mónica decidió darles de comer en una plaza cercana ya que no cabían en su cocina hasta que un día, hipotecó su casa y alquiló un galpón. Y eso fue el comienzo.
Mónica siempre agradecía al periodismo porque la ayudó siempre, dio a conocer su obra y le posibilitó ampliarla. Se llegó a ayudar a cientos de familias y a más de 1500 chicos con diferentes necesidades. En 1997, Mónica fue elegida “ la mujer del año” por su lucha y solidaridad.
 Los que la conocieron valoran de ella su generosidad y su gran obsesión por suavizar la tristeza, aminorar el daño en una etapa en la que todo debería ser protección y amor.
“Tengo muchos niños desnutridos, con piojos, enfermos de SIDA, con las defensas bajas”, decía Mónica al reclamar padrinazgos para sus chicos (ella y su marido adoptaron a cuatro). “Necesito que me ayuden a cuidarlos. La idea es que aquí los pibes puedan ir al colegio, comer bien, vacunarse y tener atención médica”.
Insistía en subrayar el papel destructivo de la droga, y no disimulaba su incidencia entre los más pobres “porque también hay pobres que han hecho mucha plata con la droga, sobre todo con el paco.  Siempre vas a escuchar la misma frase: están todos dados vuelta, todos fisurados”.
Le dolía hasta las lágrimas la criminalización de los menores. “La gente condena a los chicos porque los cree responsables de todos nuestros pesares, pero primero habría que condenar a los adultos que permitieron que un chico pase hambre, sea analfabeto y drogadicto. Somos culpables de dejarlos crecer en las calles, de que los violen, de que los maltraten”, decía.
“Nunca se han cerrado mis heridas y jamás voy a olvidar el infierno que he pasado en la calle”, así Mónica explicaba como le era posible pensar en un mundo solidario.
Después de 20 años de lucha, Mónica falleció el 28 de diciembre de 2009, pero su legado continúa. Ahora la fundación está a cargo de su hijo: Roberto Zuccarino. “Una herencia enorme” dice Roberto, comprometido a que Los Carasucias siga creciendo, con el objetivo de que no le falte lo elemental a los que más necesitan.

La fundación hoy
 Las actividades que la fundación realiza desde 1996, fecha de su surgimiento civil como tal, aparte del comedor que data desde años anteriores son: talleres de capacitación laboral, fábricas que además de abastecer las necesidades propias de los hogares reinsertan laboralmente a pibes de la calle, campo de deportes, granja laboral, talleres de expresión, centro de documentación, bolsa de trabajo, revisación y atención médica, atención psicológica y ginecológica, seguimiento del embarazo y alimentación especial a niños desnutridos, entrega gratuita de medicamentosa personas carenciadas de Capital Federal y del gran Buenos Aires, sin dejar de atender casos del Interior del País.
La fundación cuenta con un Comedor familiar comunitario ubicado en Pilar 1838. CABA. Asiste aproximadamente a 10.000 personas.
Los Hogares :
- Un hogar para albergar madres solteras con sus hijos y ancianos. Cafayate 1967 – CABA.
-Hogar Mónica Carranza. Un hogar para bebés recién nacidos a 13 años. “El nidito de los Carasucias” L. de la Torre 1948 – CABA.
- Un hogar granja en Pontevedra - Partido de Merlo – Pcia. de Bs. As.
Al observar esta obra y recordar como comenzó es cuando la vida exhibe la coherencia en su máxima expresión. No es frecuente encontrarse con personas como Mónica Carranza, quien sólo hablaba a través de sus acciones. Sus palabras sólo eran vehículos para explicar que nadie tiene el derecho ni la razón para hacernos creer que algo es imposible. Sus esperanzas no tenían límites.
Mientras la fundación crece, crecen sus ambiciones, sus sueños, sus anhelos que al cabo de un tiempo se ven reflejados en obras, hechos y acciones orientados a calmar el dolor de miles de personas que encuentran en la FUNDACIÓN LOS CARASUCIAS un lugar… su lugar, el que tal vez hacía mucho tiempo estaban buscando.

 Hoy Los Carasucias  todavía anda cambiando los destinos y construyendo futuros como lo pensó Mónica Carranza.  Se puede contactar en http://www.loscarasucias.org.ar/old_site/

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Estela Carlotto.





 A partir del 24 de marzo de 1976 el régimen militar, que se autodenominó "Proceso de Reorganización Nacional", llevó adelante una política de terror en la República Argentina. La desaparición forzada de personas afectó a 30.000 hombres y mujeres de todas las edades y condiciones sociales que fueron sometidas al secuestro, la tortura y la muerte, entre ellas a centenares de criaturas secuestradas con sus padres o nacidas en los centros clandestinos de detención.

Desaparición de niños.

La cantidad de secuestros de niños y de jóvenes embarazadas, el funcionamiento de maternidades clandestinas (Campo de Mayo, Escuela de Mecánica de la Armada, Pozo de Banfield, etc.), la existencia de listas de familias de militares en "espera" de un nacimiento y las declaraciones de los mismos militares demuestran la existencia de un plan preconcebido de apropiación de niños.
Los niños robados como "botín de guerra" fueron inscriptos como hijos propios por los miembros de las fuerzas de represión, dejados en cualquier lugar, vendidos o abandonados en institutos como seres sin nombre.  De esa manera los hicieron desaparecer al anular su identidad, privándolos de vivir con su legítima familia, de todos sus derechos y de su libertad.
La Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo es una organización no-gubernamental que tiene como finalidad localizar y restituir a sus legítimas familias a los niños secuestrados desaparecidos y crear las condiciones para que nunca más se repita tan terrible violación de los derechos de los niños, exigiendo castigo a todos los responsables.
Nada ni nadie las detuvo para buscar a los hijos de sus hijos. Tareas detectivescas se alternaban con diarias visitas a los Juzgados de Menores, Orfelinatos, Casa Cunas. Para su trabajo la Asociación cuenta con equipos técnicos integrados por profesionales  jurídicos, médicos, psicólogos y genetistas.
Cada uno de los niños tiene una causa abierta en la Justicia a la que se agregan  elementos probatorios que determinan su verdadera identidad y la de los responsables de su secuestro o tenencia ilícita.
Para asegurar en lo sucesivo la validez de los análisis de sangre se ha implementado un Banco de Datos Genéticos, donde figuran los mapas genéticos de todas las familias que tienen niños desaparecidos. Los niños, hoy adultos, encontrados a la fecha son 108, hay cerca de 400 de los que aún no se sabe nada.

La lucha de Estela.

Estela de Carlotto era maestra, esposa de Guido y madre de cuatro hijos, Laura, Claudia, Guido y Remo. Su imagen no era pública, tenía una vida “platense, tranquila y burguesita”, como ella describe.
Laura, estudiante de Historia de la Universidad Nacional de La Plata, pertenecía a la JUP, al igual que sus hermanos.
A finales de noviembre de 1977 fue secuestrada  Laura, embarazada de tres meses. Fue mantenida con vida en el centro clandestino La Cacha, en La Plata, hasta el parto, producido en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978. El bebé, cuyo nombre para la familia es Guido Carlotto, permanece desaparecido.
Estela hizo gestiones para la liberación de su hija, llegando a entrevistarse con el general Reynaldo Bignone, quién le quitó toda esperanza de que su hija fuera a permanecer con vida. En abril de 1978 una compañera de cautiverio de Laura, le comunicó que esta permanecía con vida y que se encontraba embarazada. Que Laura comía bien y que el bebe iba a nacer en junio y que lo llamaran Guido.
En abril de 1978, Estela comenzó a participar en las actividades de  Madres de Plaza de Mayo. El 25 de agosto de 1978 fue convocada por los militares y le fue entregado el cadáver de su hija.
Estela de Carlotto comenzó entonces a buscar y exigir la aparición de su nieto y de los demás niños secuestrados-desaparecidos por las fuerzas militares durante la dictadura militar. Con esa preocupación fue una de las fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y su presidenta histórica.
Estela narra: “En 1985, hice exhumar el cuerpo de Laura y el equipo de antropología forense lo examinó a fondo para determinar con exactitud todo lo que los militares habían negado. El deterioro de su dentadura probaba su largo secuestro; por la pelvis supimos que había tenido un bebé y por las balas que tenía alojadas en el cráneo, que había sido ejecutada por una Itaka disparada a 30 cm, por la espalda... Así reuní elementos de prueba para la Justicia y para demostrar al exterior, donde teníamos causas abiertas, qué era lo que había pasado. Esta vez sí quise verla... Vi sus huesitos, su pelo, la vi a ella, la vi. Y cerré el duelo y nunca más necesité ir al cementerio. Voy solo de vez en cuando. Laura en  cautiverio dijo: «Mi mamá no les va a perdonar a los milicos lo que me están haciendo. Y los va a perseguir mientras tenga vida». Lo cual significaba que me conocía más que yo misma porque yo no era mujer heroica. Nunca había participado en nada,  nunca me iba a imaginar que iba a dedicar toda mi vida a esto.”
Hoy todavía busca a su nieto Guido, como a tantos otros niños desaparecidos, a quienes les robaron lo más preciado, la identidad y sus familias. Su búsqueda no es individual, es colectiva, de todas las Abuelas y de todos los argentinos. Estela, desde la Presidencia de Abuelas  es un ejemplo de luchar por la verdad, los Derechos Humanos, de mantener viva la memoria y la esperanza, y sobre todo, de no olvidar.
Desde lo personal, siento a Estela como esas personas, a quién uno le otorga su más cálido afecto. La he visto una vez de modo ocasional y dos veces he asistido a sus charlas, en donde se puede ver  esa mezcla de elegancia con firmeza, bondad con compromiso, seriedad con apertura, que  la convierten en una persona con condiciones muy especiales para el rol que desempeña.
Ojalá Guido y todos los niños que aún faltan encontrar puedan ser hallados, por las abuelas, por el país, por ellos y por nosotros porque la identidad es el derecho de todo ser humano de poder conocer su propia génesis, su procedencia y se fundamenta en la necesidad de encontrar las raíces que den razón del presente y que permita reencontrar una historia única e irrepetible.

A todos los nietos

Soy el mate, soy la brisa, soy el sol de la mañana.
busco el árbol, busco el río y el motivo de esta sed.
Por mi pecho rueda un sueño y un murmullo sin palabras
que me acuna desde lejos, sin espejos de papel.
Esta puerta que me llama, necesito atravesarla
sé que hay alguien que me espera, sé que siempre me buscó,
que tiene aquella respuesta que enciende luz en la sombra.
El latido y la memoria corazonan la razón.
me falta un patio, una risa y una canción y un verano
y una muñeca de trapo y un libro que no leí
y una abuela que cocina sopa de estrellas y vino
mientras perfuma la mesa con naranjas y jazmín.
Por la vida que está viva, por la muerte que no es cierta,
por cada flor que se abre bajo el sol que la abrigó.
Por el niño que mañana navegará entre mis ramas,
buscándose en los retratos que la noche me arrancó,
no me seguirán mintiendo el color de la mirada.
Tengo un nombre y una sangre que me quisieron borrar,
que es más fuerte que la espada y la rosa disecada
que llenaron con cenizas de silencio y soledad.
Y hay un patio y una risa y una canción y un verano
y una muñeca de trapo y un libro que no leí
y una abuela que cocina sopa de estrellas y vino
mientras perfuma la mesa con naranjas y jazmín,
con ese pecho de fuego, encendido en red de amores,
con esos brazos de hierro que nadie pudo partir.
                                                                    Marcela Bublik.
                                                    

domingo, 15 de diciembre de 2013

Besos de arena.




Título: Besos de Arena.
Autora: Reyes Monforte.
Editorial: Temas de hoy.
Páginas: 416.

Siempre me han interesado las temáticas que involucran a la mujer de Medio Oriente, en tiempos anteriores por todo lo exótico que las rodea e involucra, pero últimamente buscando conocer esas realidades tan diferentes a la nuestras, mujeres occidentales, que desde una mirada desde el otro lado del mundo, nos cuesta entender esas situaciones de matrimonios arreglados, poligamia, machismo exacerbado, fundamentalismo religioso, ablaciones genitales y otras perversiones inimaginables.
Una autora que había llamado mi atención es Reyes Monforte, por sus títulos que evidenciaban un abordaje de historias de Medio Oriente, y al elegir un libro de ella, opté por su última novela Besos de arena. Esta historia se desarrolla en España y en el Sahara Occidental. Debo confesar, que desde mi condición de latinoamericana, tenía poco conocimiento acerca de las colonias de España en África, por lo que esta lectura además de interesarme por su trama romántica, me sirvió para ampliar mis conocimientos históricos sobre esta región ya que me impulsó a buscar mayor información a fin de conocer más acabadamente la problemática de los saharauis.


La  novela narra la historia de Laia, una joven saharaui y Julio su amor español. Laia, por circunstancias de su vida permanece, por muchos años,  viviendo en territorio español, allí conoce a Julio con quién planea conformar una vida juntos. Pero Laila, guarda un secreto, que no ha confiado ni a sus padres adoptivos españoles,  que tiene que ver con algo ocurrido en su infancia en el campamento de Dajla en el Sahara Occidental.
Pero ese secreto, un día vuelve en la figura de su hermano Ahmed, que viene desde África a llevarla nuevamente a su vida anterior.

«No me olvides. Nunca te canses de buscarme.»

 La historia gira vertiginosamente, llevándonos de un continente a otro, involucrando también una historia pasada,  protagonizada por Carlos, el padre de Julio y otra  saharaui, Maina, ocurrida 35 años atrás cuando el Sahara Occidental  aún pertenecía a España.
De modo que esta ficción de amor va entretejiéndose con la historia real  de la  Villa Cisneros colonial, la Marcha Verde o las andanzas del Grupo Polisario.
Considero muy lograda la ambientación de la vida actual en  los campamentos, en las jaimas de Dajla,  donde se conjugan costumbres milenarias con teléfonos celulares,  todoterrenos y  viajes en avión. También la falta de  recursos, la corrupción en su forma más aberrante que deriva en la esclavitud y el sometimiento de las personas.

La trama se vuelve apasionante, el amor atravesado por una injusticia histórica que nos remite a considerar como una realidad a los 27 millones de seres humanos que en el Siglo XXI viven en estado de esclavitud, incluidas las hartanis del Sahara. La difícil situación que pasan muchísimas mujeres nos involucra  para hacer conocer estas historias y cada uno desde el lugar que puede, podrá  hacer lo que esté a su alcance para difundir estas aberraciones e involucrarse en una lucha de género para que cada mujer pueda ser libre y pueda elegir a quién amar, donde vivir y ser feliz.

La novela Besos de Arena, está estructurada en tres partes, que claramente definen distintos momentos de la vida de Laia en forma lineal, los retrocesos en el tiempo se dan a través de narraciones de los protagonistas o intercalando hechos de la historia relativamente cercana. Como detalle a mencionar, considero que en algunos tramos el libro se torna un tanto descriptivo, quitando cierto ritmo a la narración, aunque puede observarse un gran cuidado y detalle en la prosa de Reyes Monforte.

Mi conclusión: Una historia de amor entre una saharaui y un español conforma el hilo conductor de esta novela, bien narrada y con un contexto histórico interesante pero muy terrible.  Los amantes del genéro, novelas románticas con situaciones de aventura y vértigo, encontrarán una historia ideal. Desierto, campamentos, relojes de arena, lazos familiares destructivos, conforman un relato que les conmoverá y les llevará a conocer otra cultura que permitirá reflexionar acerca del rol de la mujer en el mundo.






Super recomendable.

Muy recomendable.

Recomendable.

Poco recomendable.

No recomendable.


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sábado, 7 de diciembre de 2013

Miriam Makeba.






El apartheid

Apartheid significa separación. Es un término que apareció en1944 y sirve para designar la política de segregación racial y de organización territorial en Sudáfrica aplicada hasta 1990.
El objetivo del apartheid era separar las razas en el terreno jurídico (Blancos, Asiáticos, Mestizos  y Negros), estableciendo una jerarquía en la que la raza blanca dominaba al resto y en el plano geográfico mediante la creación forzada de territorios reservados.
En 1959 el apartheid alcanzó su plenitud cuando la población negra quedó relegada a pequeños territorios marginales y autónomos y privada de la ciudadanía sudafricana.
La legislación fijaba los lugares de asentamiento de cada grupo, los trabajos que podían realizar y el tipo de educación que podían recibir.
También prohibía casi cualquier tipo de contacto social entre las diferentes razas, autorizaba las instalaciones públicas separadas  y prohibía la participación de los no blancos en el gobierno del Estado.
Esto dio lugar a una escalada de violencia, huelgas, boicots y manifestaciones en el interior del país.
En el transcurso del tiempo  la comunidad internacional fue acrecentando su presión contra el gobierno sudafricano. Fue excluido de Juegos Olímpicos, sometido a embargos económicos y condenado por la opinión internacional.
El fin de la guerra fría precipitó el fin del apartheid. El presidente Frédérik de Klerk, tras diversas negociaciones con los representantes de las comunidades étnicas del país, puso fin al régimen racista en junio de 1991. En adelante la población negra recuperó sus derechos civiles y políticos.
El proceso culminó con la llegada a la presidencia de la República de Sudáfrica de Nelson Mandela, mítico militante anti-apartheid que había pasado veintisiete años en una cárcel por su lucha pacífica.

 La música de Miriam Makeba.

Miriam  fue un emblema sudafricano y una de sus personalidades más  famosas.  Hija de un sangoma ("sanador" místico  de la tribu xhosa), nació en Johannesburgo el 4 de marzo de 1932. Cantante y militante contra el apartheid, dedicó a su vida a dar a conocer en el mundo lo que sucedía en su país.
Miriam situó a Sudáfrica en el panorama musical mundial. Sus ritmos tradicionales fusionados con el vanguardismo del jazz consiguieron hacer que la música sudafricana se cantara en el mundo. Conocida como  Mamá África o la Emperatriz de la canción africana  se convirtió en un símbolo de su país.
En  1959  su carrera dio el gran salto, a raíz de su participación en el musical African Jazz And Variety y en el documental "Come back Africa", que le valió invitaciones para cantar en Europa y Estados Unidos.
Con su banda propia llamada The Skylarks, incorporó ritmos poco conocidos para el momento. Supo llevar como nadie al escenario las tradiciones y los trajes típicos de su tierra en espectáculos donde su voz cálida y su gran presencia eclipsaban a los instrumentos étnicos que la acompañaban.
 La creación de la canción Pata Pata, hace que Miriam tome una dimensión universal. Ella y el Pata Pata (Toca toca en español) van unidas de la mano. La melodía compuesta por ella, en 1957 se convirtió en el primer tema africano en alcanzar los primeros puestos de las listas internacionales musicales. El Pata Pata  fue versionado por multitud de artistas. En estos años, otras canciones de Miriam Makeba que se convirtieron en un referente musical mundial fueron The Click Song y Malaika.
En  Argentina y en todo el mundo, el nombre de Miriam Makeba, quedó ineludiblemente ligado a su mayor éxito, el "Pata pata", cuyo ritmo alegre y pegadizo se repetía en radios, disquerías y boîtes en los últimos años de la década del 60.
En 1987 su popularidad volvió a trepar vertiginosamente cuando apareció junto a Paul Simon en la gira que hizo el cantante norteamericano a raíz de la edición de su disco "Graceland
En total grabó una treintena de álbumes.



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La lucha de Miriam Makeba


Paralelamente a sus éxitos  Miriam  fue una crítica incansable de las injusticias del régimen de segregación racial, allí donde tuvo un micrófono lo utilizó para hacer denuncias sobre lo que ocurría.  El gobierno de Sudáfrica le revocó su pasaporte en 1960 cuando intentaba regresar para el entierro de su madre. Fue, a partir de entonces y durante 30 años una ciudadana del mundo ya que debió   exiliarse en  otros países por su activismo político y social, mientras defendía la igualdad entre todas las personas, independientemente de la raza que tuvieran.
 En 1963 se dirigió a la Asamblea de las Naciones Unidas para denunciar "la pesadilla de brutalidad policial y terrorismo oficial" que vivía su país.
Trabajó como delegada de Guinea en la ONU. En 1986 recibió el Premio de la Paz Dag Hammerskjold, por su activismo contra el apartheid.
La mayor tiempo de su tiempo de exilio residió en Guinea desde donde luchaba contra el apartheid y la libertad de sus hermanos negros.
En 1988 se levantó en Sudáfrica la prohibición que pesaba sobre sus discos. Tras la liberación de Nelson Mandela de prisión, Miriam regresó a su tierra, donde en abril de 1991 pudo realizar  su primer recital después de 30 años. Mandela le ofreció participar de su gobierno.
En  1999, Miriam Makeba fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y en el año 2001, fue galardonada con el premio de la paz Otto Hahn, otorgado por la Asociación Alemana de la ONU.  
El 10 de noviembre de 2008 falleció en la localidad de Castel Volturno, en el sur de Italia, a causa de un paro cardiaco que se produjo tras un concierto contra el racismo y la mafia, en el que participaba. Muere luchando por una causa, por la que entregó su vida.

Sudáfrica hoy.
 Veinte años después de caer la última ley del Apartheid, Sudáfrica continúa dando señales negativas para dibujar su futuro. El aparheid legal terminó, el aparheid social continúa . El dinero,  sigue en manos de la minoría blanca y de una muy pequeña parte de la población negra. La unión social parece lejana. Hay siempre una tensa calma. Las distintas razas viven juntas pero sin mezclarse. Quizá el mandato de Mandela de vivir en paz sea inamovible. Quizá la invariable mejora de su macroeconomía haga que germine el proyecto en el que negros, mestizos y blancos vivan juntos, años después de acabar uno de los regímenes más atroces que ha inventado el ser humano. Ya lo advirtió Mandela entonces: «Pasarán muchos años para superar los efectos de las leyes racistas».

 La necesidad actual pasa por  educar a las nuevas generaciones de sudafricanos en la convivencia, la solidaridad y la integración, además de eliminar el enfrentamiento existente entre quienes se adaptaron finalmente al cambio político y cultural iniciado en el país y quienes aún se reconocen como conservadores. No puede saberse hacia dónde va la política  sudafricana.  Tal vez sean necesarias varias generaciones de nativos y una educación integradora para borrar el estigma racial. La sociedad sudafricana continúa aún hoy buscando solucionar su problema racial, consecuencia de su propia evolución económica y cultural. Ese problema por el que tanto luchó Miriam Makeba, Nelson Mandela y por el que tantos sudafricanos sufrieron, se exilaron y murieron.

                   

miércoles, 4 de diciembre de 2013

El pantano de las mariposas.








Título: El pantano de las mariposas .
Autor: Federico Axat.
Editorial: Destino.
www.planetadelibros.com  
Páginas: 496.

He llegado a  este libro por una conjunción de factores, lo había visto mencionado en distintos grupos de lectores, me agradó su portada y llamó mi atención su título, pero debo confesar que la sinopsis me puso un tanto alerta porque pensé que se trataba de un libro de ciencia ficción y no soy lectora de este género, pero de cualquier modo y sin saber muy bien porqué, lo elegí. Jamás había oído hablar de su autor, Federico Axat, y todo el tiempo pensé que se trataba de un escritor español. Cuál no sería mi sorpresa al culminar la lectura comprobar que Federico Axat es mi compatriota. Argentino y bonaerense! Un verdadero placer haber conocido esta noticia!!!!!!!

La historia se desarrolla en un hipotético pueblo de USA, llamado Carnival Falls, donde transcurre la vida de Sam, quién habiendo perdido a su madre de pequeño, vive en la granja de los Carroll, familia adoptante, junto con muchos otros niños de diversas edades 
La acción sucede cuando Sam tiene doce años, en el verano de 1985. Junto a sus amigos Billy y Miranda protagonizan una historia donde está presente la amistad, el amor, el suspense y la fantasía, conformando experiencias que marcarán sus vidas por siempre.
 El libro nos pone en contacto con situaciones con las que los niños que crecimos en pequeños pueblos nos sentimos identificados, la casa en el árbol, las aventuras por nuestros “bosques” aunque para mí, solo fuera el terreno de la vuelta de casa y un significativo  pantano de las mariposas o un espacio similar donde fuimos tan felices de  niños. Quién no tuvo un “pantano” donde jugó, soñó, tuvo miedo, y fue feliz?
Los sentimientos de los pre adolescentes tan a flor de piel, el enamoramiento, la infelicidad, los cambios de humor, las picardías, los deseos de rebelarse de los mayores, posibilitan que cada lector se sienta identificado con cada uno de esos sentimientos.

Todos los personajes, los principales, como también los secundarios y algunos con vidas muy negativas, están perfectamente delineados, con personalidades y actitudes creíbles.
Asimismo, observo que el autor desarrolla  historias dentro de la historia, las que tienen diferentes resoluciones, algunas se definen y otras quedan para que el lector le otorgue un final. El accidente que se cobró la vida de la madre de Sam, el despertar al amor de los niños, el destino de un personaje tan perturbador como Orson o el acercamiento de los hombres diamante a Miranda, son estructuras que van  conformando la trama general y que propician que el lector interactúe con esas historias incorporando lo que su imaginación le propone.
Precisamente, el tema de los extraterrestres con el que los protagonistas se ven involucrados está tratado con gran verosimilitud, teniendo en el final un correcto cierre. Considero muy logrado este aspecto.

Una línea para el impresionante final del libro, en el que el autor imprime un giro imprevisto, que hace que volvamos a replantear la historia con esta información, volver  atrás las páginas y pensar lo leído, desde otro lugar. Ese será uno de los motivos por los que esta novela será imposible de olvidar. Puedo pensar en el  autor imaginando la sorpresa de cada lector al llegar al final. Por mi parte, iba viajando en autobús, precisamente hacia mi pueblo natal cuando leí ese final que hace que uno piense que hubo aspectos que no se  pudieron ver, que hubo situaciones que no fueron comprendidas. Pero no, es la inmensa capacidad y creatividad de Federico Axat, quién nos ha llevado de la mano por toda la historia sabiendo lo que iba a producir en los lectores esta última página del libro.



Mi conclusión: Luego de que han pasado ya unos días de terminada la lectura, y continuando con la reflexión sobre la misma,  no me cabe duda que es una novela que les gustará a los lectores de diferentes estilos literarios. De hecho lo he comprobado en distintos grupos de lectura donde se ha hecho referencia a este libro. Puedo catalogarlo como uno de los mejores libros que he leído en 2013 y creo que Federico Axat tiene una promisoria carrera en el mundo de la literatura. Entre mis próximas lecturas seguramente estarán sus dos libros anteriores y los próximos que escriba. A mis amigos que leen el  blog, les recomiendo muy especialmente este extraordinario libro, para que se emocionen, y conozcan un formidable autor y una impresionante novela.




Super recomendable.

Muy recomendable.

Recomendable.

Poco recomendable.

No recomendable.