En la música popular argentina hay un antes y un después de Mercedes Sosa. La inmensidad de su aporte, desde su Tucumán natal, desde un hogar humilde, hasta llegar a conmover a públicos de los más diversos en el mundo, gracias a esa voz increíble que maravilla, emociona y conmueve a quien la escucha le ha otorgado una dimensión inimaginada. A pesar de su desaparición física su estilo inconfundible continuará, por siempre, convertido en un símbolo universal.
Comienzos y exilio.
Mercedes se radicó en Mendoza junto a su esposo y músico Manuel Oscar Matus. Allí, junto al poeta Armando Tejada Gómez, fue parte del movimiento del Nuevo Cancionero que renovó las expresiones artísticas de raíz nativa. Los postulados éticos y estéticos de este movimiento cambiaron para siempre el folclore argentino.
La esencia de aquel Nuevo Cancionero en las palabras de Tejada Gómez que decía " que el objetivo era convertir el auge de la canción nativa en una toma de conciencia profunda y popular, desdeñando el costumbrismo fácil y el pintoresquismo folklórico de tarjeta postal, para que la canción responda a un auténtico ser y querer ser de nuestro pueblo y sirva de vehículo de comunicación verdadero entre cada región del país y de América" hicieron de la carrera de Mercedes un camino de ida hacia un compromiso con una ideología progresista y latinoamericanista.
La gran oportunidad llegó cuando Jorge Cafrune la invitó a cantar con él en el Festival de Cosquín. Aquel día maravilló al público argentino y se inició esa relación de amor y admiración que ya no tendría límites.
En 1967, hizo una exitosa gira por Estados Unidos y Europa. A comienzo de los años '70, grabó dos álbumes con el compositor Ariel Ramírez y Félix Luna. Se llamaron Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas y se convirtieron en éxitos contundentes.
Vivió el giro a la izquierda de América Latina en los 60 y 70, y experimento la profunda vinculación entre lo artístico, lo político y lo personal ya que su vida y su carrera artística se construyó al calor de la lucha por fundar un movimiento revolucionario profundamente renovador de los contenidos de nuestro folklore.
Ya por ese entonces era común que fuera censurada en las radios oficiales, gobernaba el país Lanusse.
Pero fue el Proceso de Reorganización Nacional el que más intentó acallar su voz, como la de tantos cantantes de ese momento. Luego del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, ella decidió permanecer en el país.
En 1979 grabó "Serenata para la tierra de uno"; en medio de la violencia seguía cantándole a la vida. Pero el hostigamiento fue insoportable. Luego de ser detenida durante un concierto en la ciudad de La Plata, junto a 350 espectadores, decidió exiliarse. Primero vivió en París y al año siguiente, en 1980, se instaló en Madrid. Mercedes pudo desarrollar, en sus años de exilio, una intensa actividad artística internacional a pesar de que el exilio le producía una tristeza indescriptible.
En teoría, Mercedes Sosa podía entrar y salir del país, no tenía causa judicial alguna, pero no podía cantar. Fue un castigo doble: para ella y para todos los argentinos. En un país en que la vida humana no tenía valor alguno, y cientos de ellas se perdían en la oscuridad de las mazmorras, los usurpadores del poder pensaban que la canción con contenido era peligrosa. Por eso había que acallar a los cantores, como una manera de silenciarnos a todos.
Regreso y consagración.
Volvió al país en 1982 tras la Guerra de Malvinas y realizó una serie de conciertos que se convirtieron en un acto cultural contra la dictadura, a la vez que un hecho renovador de la música popular argentina, al incluir temas y músicos provenientes de diferentes corrientes musicales, como el folclore, el tango y el rock nacional.
En el teatro Opera de Buenos Aires más de una docena de conciertos a sala llena, acompañada por los más destacados músicos locales, León Greco Charly García, Ariel Ramirez, Tarragó Rós se grabó un disco en vivo, convirtiéndose en uno de los símbolos más elocuentes de la efervescencia cultural que se vivía durante los días de la caída de la dictadura y el regreso a la democracia.
Mercedes avanzó incorporando ritmos y repertorios de compositores latinoamericanos (Chico Buarque y Milton Nascimento de Brasil, Alfredo Zitarrosa y Daniel Viglietti de Uruguay, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés de Cuba), así como a la generación de artistas argentinos que tenían su origen en el rock nacional (Charly García, León Gieco, Fito Páez, Gustavo Santaolalla), y las nuevas voces del folclore, ( Víctor Heredia, Raúl Carnota, Teresa Parodi y Peteco Carabajal )
Interprete de tantas canciones inolvidables, en todos los estilos, en todos los ritmos, de tantísimos autores. Al jardín de la república, Los mareados, Como la cigarra, Alfonsina y el mar, La maza y muchísimas otras que acompañaron nuestros sueños y nuestras utopías.
Fue proverbial su solidaridad con la Revolución Cubana. El movimiento de la nueva canción se da en la misma época del triunfo de la revolución, y es imposible separarlo de ese clima de época. La entrañable relación de Mercedes con los integrantes de la Nueva Trova cubana, con Silvio Rodríguez en particular, es inseparable de su defensa de la revolución.
Discos, recitales, participación en festivales, premios, reconocimientos en esta etapa de su vida, siempre a la búsqueda del reconocimiento de su público y compartiendo generosamente escenarios y participando en causas sociales por las que siempre luchó.
El 2 de Octubre de 2009 ingresó al Sanatorio de La Trinidad del barrio de Palermo, Buenos Aires, por un decaimiento producido por la enfermedad de Chagas-Mazza que sufría desde hacía 30 años, afección que entorpece el correcto funcionamiento del corazón. Así, Mercedes Sosa falleció el 4 de Octubre de 2009 a los 74 años.
El 6 de junio de 2013 se estrenó el documental "Mercedes Sosa, La voz de Latinoamérica", con dirección de Rodrigo Vila y producción de Fabián Matus, hijo de la artista. Cuenta con los testimonios de muchos artistas, entre ellos Julio Bocca, Pablo Milanés, Charly García, León Gieco, Abel Pintos, Teresa Parodi, Víctor Heredia y René Pérez (Calle 13).
Así era Mercedes, una artista popular, argentina con un enorme grado de universalidad, una mujer, que llevo adelante una relación ideológica y cultural intensa con los movimientos revolucionarios en una permanente búsqueda de unidad popular y emancipación de los pueblos.