miércoles, 24 de julio de 2013

Frida Kalho.







Porqué algunos personajes se convierten en mito? Será que una historia multicolor, de pieles mixturadas por su propio destino, desde  México, ese lugar habitado por lo más complejo de una América latina compleja, teñida de diferentes  sabores, olores, texturas nos hace interesar, preguntar, querer saber .  Será que  Eduardo Galeano le dedica una reflexión,  Rosa Montero escribe  su biografía,  Joaquín la nombra en una canción, Salma Hayek la interpreta  en una película... Será todo eso,   que hace que esa mujer que atravesó la vida como un volcán , dando rienda suelta a pasiones artísticas, amorosas , revolucionarias, culturales, pero encerrada en un cuerpo que le ponía límites, que la condicionaba, que le proporcionaba sufrimientos imposibles posibilita  que se transforme en un ícono para millones de personas.

Frida Kahlo  nació el 6 de Julio de 1907 en Coyoacán, México.
Período de  la Revolución Mexicana,  que sacudió el poder de la oligarquía ,  reconoció al indigenismo y con el qué Frida se identificaba.
 Hija de un fotógrafo judío y de  madre mestiza. De esa conjunción y con el escenario de su México natal, Frida construye esa imagen  que fascina al mundo.

A la edad de seis años Frida contrajo poliomielitis. Fue el principio del dolor físico que tuvo que soportar durante toda su vida.  Guardó cama durante  meses y  su pierna derecha no se desarrolló bien,   su pie derecho se atrofió y le quedó  una  renguera para siempre.
En 1925, Frida sufrió un accidente que cambiaría el resto de su vida . El  ómnibus en el que viajaba fue embestido  por un tranvía . A Frida se le quebró la pierna, la columna y la pelvis en varias partes, un pasamanos entró por su cadera y salió por su vagina . Los médicos no estaban seguros de que pudiera sobrevivir. Sus padres, impresionados, por más de un mes no fueron a verla al hospital. Frida sufrió en soledad dolores insoportables pero se recuperó con esa fuerza de voluntad que caracterizaría su vida . La recuperación implicó múltiples operaciones, estiramientos, corses, hasta conseguir luego de dos años llevar una vida prácticamente normal, aunque con inmensos dolores que no la abandonarían nunca. Fue durante esta convalescencia cuando Frida empezó a pintar.
Sus padres hicieron construir un caballete especial que se apoyaba en la cama y aguantaba los lienzos en los que Frida pintaba. También hicieron instalar un espejo bajo el dosel de su cama, el cual permitió a Frida el verse y convertirse en modelo para sus cuadros. Si bien, hay  algunas pinturas previas , es en este período cuando su genialidad empieza a revelarse.

Frida fue una artista de escasa producción, apenas doscientos cuadros en toda su vida y la mayoría reproducen su rostro o su propia figura en escenas desgarradoras. Ella dice “Me pinto a mi misma porque estoy a menudo sola y porque soy el tema que mejor conozco”.

Pintaba también dentro del género de naturalezas muertas,  representando  frutos típicos,  incluyendo alusiones a la fertilidad,  recurrentes en el arte prehispánico, en escenarios amplios, áridos paisajes o en  habitaciones vacías .También, el tema de la muerte y la representación  de la sangre nos hablan  de la poderosa influencia que la tradición indígena tenía en ella y del desgarrador dolor que llevaba dentro.
 Frida era tremendamente bella y  a esos rasgos tan especiales le agregaba detalles llamativos como ropas indígenas con encajes y puntillas, cintas ,flores en el pelo y  joyas, que le otorgaban un estilo exótico y fantástico.

 Luego de su recuperación, comienza a frecuentar un círculo de amigos intelectuales y artistas de izquierda, y allí conoce a quién sería su marido y el amor de su vida: Diego Rivera.
Diego personaje inverosímil si los hay, era el pintor más famoso de México, autor de murales colosales de temas revolucionarios. Gigante, barrigón, lo que llamaríamos un hombre muy feo, ateo , comunista y matón ,  con un  gran éxito con las mujeres.
 Cuando se casaron Frida tenía 22 años y él 42.  Para ella era un dios, un mito viviente.
Vivieron alternativamente en México y Estados Unidos pintando y realizando exposiciones. Frida en reiteradas oportunidades intentó quedar embarazada, pero en todas las oportunidades perdió los embarazos, tal vez fuera producto de sus heridas en el accidente.
Diego era un miembro del Partido Comunista Mexicano y Frida también se unió al Partido.
 Tuvieron una tormentosa relación, se casaron, se divorciaron y se volvieron a casar. Diego le fue infiel con numerosas mujeres, hasta con su hermana, Cristina.
 Frida  incursionó en tanto, en  otras relaciones amorosas,  con hombres y  con mujeres famosos y artistas .
Se involucró con el asilo de Trotsky a México, alojándolo con su  esposa en su casa. Se dice que Frida vivió un secreto romance con Trosky, que  pudo haber estado involucrada en su asesinato  , pero no hay constancia de ello, es parte de esa leyenda misteriosa que rodea su vida.
Diego y Frida fueron comunistas, siempre comprometidos con la revolución marxista que de algún modo influyó en la carrera y en el arte de ambos y que trataron de introducir a México.
En Europa expusó sus obras, conoció artistas , entabló relaciones amistosas , amorosas y comerciales,  pero la experiencia en el Viejo Mundo no tuvo el éxito financiero esperado.
En Estados Unidos y México los cuadros de Frida se vendían a precios importantes, lo que le permitía tener gran  solvencia económica.

 Alrededor de 1939  los problemas de salud de Frida se
multiplicaron, se le ulceraban los pies, la espalda se le torcía. Los tratamientos eran muy dolorosos, se hizo totalmente adicta al alcohol y a la morfina.
En sus últimos años Frida, vive una vida más rutinaria, dedicada al fomento de la cultura mexicana y  actividades tendientes al logro de la revolución marxista
Sus dolencias se agravaron, se le colocó un corsé de acero, la operaron varias veces y hubo que amputarle una pierna debido a las infecciones.  En el último tiempo se movía en silla de ruedas o con muletas.
En 1953 se organizó una exposición  de su obra . Ella ya prácticamente no salía de la cama  pero logró que llevaran su cama  a la exposición y con el dolor calmado por analgésicos , repintada y emperifollada , saludo uno por uno a quienes asistieron a la exposición.
Gravemente enferma por una neumonía, Frida Kahlo falleció durante el 13 de Julio de 1954, a los  47 años . En sus días finales escribió. “ Yo soy la desintegración “


Hoy su extraordinaria casa, la Casa Azul,  convertida en Museo, alberga sus cenizas, sus pertenencias y su obra, esa obra imposible  de separar de lo que fue su vida personal, su simbología, su técnica .  Frida es sujeto y objeto de su pintura y su vida un continuo pasaje del dolor al color.


 Por el bulevar de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda.
Cuando Agustín se sienta al piano
Diego Rivera, lápiz en mano
dibuja a Frida Kalho desnuda. 
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jueves, 18 de julio de 2013

Macacha Güemes.





                                                                                
Macacha.                                                                    Martín Miguel 


En la semana de la Independencia es interesante realizar algunas miradas desde un pensamiento propio acerca de 1816 y acerca de la continuidad histórica de esa independencia. Pensar, que quiso decir aquello de ser Independientes de España y de toda otra dominación extranjera en el contexto colonial y en el actual. Reflexionar acerca del significado que tiene para cada uno las palabras libertad e independencia. Preguntarse acerca de cuáles son los reales próceres que tuvieron que ver con nuestra independencia y cuál fue el  rol de la mujer en aquella época y en aquellas  luchas.
 Suprimir lo que hicieron  todas esas mujeres – damas, esclavas, trabajadoras, indias, letradas o analfabetas – que formaron junto a los hombres el ejército anónimo de la emancipación nacional constituye una injusticia que parecería tener un final  actual y vigente:  buscar expropiar el  pasado revolucionario, que es el de la patria, impidiendo  una  realización que sólo es posible con la resurrección de la actividad política y la incorporación de las mujeres  como dirigentes políticas y con posibilidades de ocupar espacios de poder.
 A pesar de ese silencio  histórico y cultural, la tradición oral de la Provincia de Salta ha legado la imagen de una elegante muchacha, vestida como los paisanos, repartiendo alimentos a los necesitados, luchando en las montoneras y realizando tareas políticas


 Ella es María Magdalena Güemes, nacida  en  de Salta, el 11 de diciembre de 1787 en una familia perteneciente a la de la  “gente principal”. Su vida estará unida a la trayectoria revolucionaria de su hermano General Don Martín Miguel de Güemes.

Macacha, como siempre se la llamó, se había casado en 1803, a los 16 años de edad, con Román Tejada, perteneciente a una antigua familia española de Salta  y, cuando estalló la Revolución de Mayo,  junto a primas y amigas, convirtió su casa en taller de confección de uniformes para los soldados del Escuadrón de Salteños organizado por su hermano. En aquél hogar, desde 1810 hasta 1824, además de taller, se refugiaron  jefes, oficiales y soldados, y se constituyó en centro de propaganda de  ideas revolucionarias.


Se convirtió en la más apasionada colaboradora de Martín Miguel ; supo aprovechar sus cualidades; su extraordinaria imaginativa y posición económica para ejercer tareas aventuradas, esencialmente cuando los realistas irrumpían la ciudad de Salta, y Güemes los embestía con todos los medios a su alcance.

Organizó un sistema de inteligencia al servicio de los patriotas, compuesto por mujeres espías que asistían a los banquetes y fiestas en los que la alta clase, traidora y proclive a los españoles  vertían sus infidencias. Fascinados por las sugerentes salteñas de negros ojos brindaban información de contenido político o bélico que luego las criadas escondían en los matorrales y los gauchos de Güemes retiraban por la noche.

Magdalena además participó de forma activa en la guerra gaucha que organizó Martín Miguel para defender la frontera. Cuentan que en una ocasión, un destacamento a sus órdenes retrocedía ante el enemigo, pero ella se adelantó y les gritó: ¡cobardes, vean cómo  pelean las mujeres en mi tierra! Empuñó su lanza criolla y se dirigió a todo galope hacia el enemigo. Los gauchos volvieron sus caballos y la siguieron hasta derrotar por completo a los realistas.


Además, propietaria de una gran sagacidad política, la puso al servicio de su hermano en las circunstancias más dificultosas, como en 1816, cuando estuvo a punto de concretarse el enfrentamiento entre las fuerzas de José Rondeau, representante de Buenos Aires con las milicias de Martín Miguel de Güemes.

 José Rondeau,  con ese ideario centralista que caracterizó a los porteños,  al mando de las tropas del Alto Perú, fue derrotado en la batalla de Sipe-Sipe y luego  confrontó con Güemes por diferencias políticas y lo declaró "reo de Estado" al no conseguir que el caudillo gaucho acatará los ordenes porteñas.

Rondeau, acometió sobre Salta provocando la emigración y el descontento de toda la sociedad. Se estableció una guerra de recursos entre ambos bandos. Macacha, se desenvolvió como mediadora, organizó una conferencia entre los jefes enfrentados quienes suscribieron un compromiso de no agresión, paz que es conocido como el " pacto de los Cerrillos".

 En la noche del 7 de junio de 1821  Güemes fue engañado, creyendo que  respondía  a un  llamado de su hermana, fue baleado y mortalmente herido para morir diez días después. La muerte de Güemes se atribuye a una partida realista, ayudada por la “gente principal” de Salta, es el único jefe militar muerto en el campo de batalla.

Macacha continúo participando de los sucesos políticos de su provincia, con la valentía que la distinguía. Intervino en la llamada "Revolución de las Mujeres" que, con el apoyo militar de Pablo Latorre derrocó al gobernador Fernández Cornejo y puso en el cargo al general doctor José Ignacio de Gorriti y durante toda el resto de su vida se involucró en actividades políticas, desde el lugar que le permitió su rol de mujer.

Macacha Güemes murió en su ciudad natal el 7 de junio de 1886 y, por su carisma su pueblo la recuerda hasta nuestros días.

Conocer  acerca del Padre de los gauchos, Martín Miguel  de Guemes,   su vida, sus sueños e ideales de libertad e igualdad para blancos, indios y mestizos y  a su  hermana  que  trabajó a su lado,  luchando para conseguir un país honesto e independiente para todos, nos permite reconocer su aporte a  la libertad de la que gozamos en el día de hoy.

Ojalá  el destino de las mujeres argentinas del siglo XXI sea el de convertirse en  protagonistas de un nuevo abrazo: el reencuentro del pueblo con su conciencia histórica. Y tengan en la valerosa Macacha,  y tantas más, a los símbolos indestructibles del ingreso de las mujeres a la Historia.

MACACHA

"Era un junco del minué

la hermana del guerrillero.

Con su talle se enjoyaban

los coloniales espejos.

Al recibir su mistela

se inclinaban los caballeros,

el zapato con hebilla

y la camisa con vuelos.

Quién la viera en el caballo,

con la chaqueta de cuero,

cubrir vacantes de sangre

en los rudos entreveros.

El poncho en sus hombres cura

nostalgias del terciopelo.

Se han hecho para la guerra

sus ojos color de acero.

Como su hermano Martín,

jineteó potros en pelo,

corrió ganado en el monte,

bebió chicha con el pueblo,

y cuando suene el clarín

galopará selva adentro,

entre lapachos y cardos,

entre chalchales y ceibos,

casi todas flores rojas,

como si el monte guerrero

sólo floreciera sangre

a tono con esos tiempos.

Macacha, Macacha Güemes

se ha contagiado de hierro.

Ya no la nombran los pianos;

los pianos quedaron lejos.

Para siembre la ganaron

las espuelas sin sociego,

los tambores de voz ronca

y el clarín del entrevero.


Julio César Luzzatto


miércoles, 10 de julio de 2013

Martina Chapanay

Martina Chapanay.




De amores y de odios está hecha nuestra Argentina. De líderes y rivales que han arraigado  en  lo profundo de las identidades de los pueblos. Fueron los caudillos, Hombres y Mujeres que dejando intereses populares y particulares,  empuñaron armas y las mandaron a empuñar. Ellos con esas mismas dagas también han logrado escribir la historia.
Buenos o malos , grandes libertarios que quedaron en la memoria colectiva y pequeños traidores que no resisten ni el nombre de una callecita,  todos tienen el mérito único de hacer compartir códigos particulares con sus grupos de resistencia, y en esa interpelación está el valor real de la disgregación del poder, que tiende a ser pensado como contrahegemónico, pero que se sitúa en el lugar de lo popular.

 En la Historia Argentina del siglo XIX, se llamó caudillos a los distintos jefes de los ejércitos de las provincias argentinas, que combatían entre sí, y en particular a los que enfrentaron el centralismo de los gobiernos de Buenos Aires. Tenían arraigo popular, y lograban reunir ejércitos de entre 500 y 7.000 hombres por su carisma y por la identificación con los intereses populares. Facundo Quiroga, Pancho Ramirez, Chacho Peñaloza, Felipe Varela y otros,  en distintos períodos de nuestra historia y en sus lugares de pertenencia lucharon por lo que creían, siempre buscando la defensa de los intereses regionales y la autonomía de sus territorios. Generalmente, estos ejércitos iban acompañados de mujeres, que cumplían distintos roles. Una mujer muy reconocida por su participación en distintas campañas de caudillos fue Martina Chapanay.

La historia de Martina, dejó huella, buscando siempre su destino entre dos culturas contrapuestas.  Este ser legendario, que transitó como pudo una época señalada por la violencia, fue una mujer de armas tomar y de temer. Sus orígenes son tan contradictorios como cada una de sus acciones.
 Martina fue una guerrillera que actuó en las guerras civiles argentinas del siglo XIX. Nació en la Provincia de San Juan, en 1810.
Su padre fue Ambrosio Chapanay, un cacique huarpe y su madre fue Mercedes González, una blanca oriunda de la ciudad de San Juan.
 Martina creció con esa dicotomía de ideologías y mundos encontrados, entre pueblos originarios y su ya marcada cultura castellana.  El mestizaje produjo que ninguna regla fuera tan rígida para ella. Los huarpes, provenientes de una tribu caracterizada por su pacifismo, exacerbado por la evangelización de los misioneros, alfareros y artesanos en su origen; habían aprendido a adaptarse a la vida pastoril. Los sometimientos y despojos de tierra a los que fueron expuestos durante muchos años fueron forjando un espíritu guerrero en cada joven.
Martina, aprendió a leer junto a su madre, que en una especie de escuela enseñaba a los huarpes, poemas, lecturas religiosas e historia, fueron los elementos culturales que formaron su identidad.

Se destacó, desde su adolescencia, por sus aptitudes de jinete y cuchillera, su habilidad era hacer galopar caballos en los arenales, pialar terneros, cazar animales y nadar con gran destreza. Era una mujer de contextura pequeña, pero fuerte y ágil. De bellos rasgos, su cabello era negro lacio y de tez morena. Al elegir la vida de montonera comenzó a utilizar la vestimenta de los gauchos: (chiripá, poncho, vincha y botas de potro), tal como se representaba en las estampas y tallados de época.
 Viviendo con los huarpes y se transformó en ladrona y asaltante de caminos, repartiendo lo que robaba entre los más pobres.
  Martina nunca dejó de leer y escribir; al mismo tiempo que memorizaba versículos de la Biblia , montaba briosos potros o burros y, con sable en mano o facón en alto y a degüello, atravesaba montes, sacándolos al galope por el arenal.
 Por todas estas cualidades y su habilidad, no tan frecuentes por esos tiempos en las mujeres, don José de San Martín la incorporó al Ejército de los Andes, dándole tareas de amanuense (escribiente) y de chasque (mensajero )
 Posteriormente, se unió  al caudillo Facundo Quiroga y luego al Chacho Peñaloza. . En esas campañas, las mujeres cumplían el rol de “soldaderas”: se ocupaban de cocinar, realizaban las curaciones y cuidaban de los enfermos. Martina no iba a desdeñar sus habilidades en pos de las tareas de su género; nadie tenía su destreza en el manejo del cuchillo y la lanza huarpe como ella.
  Nadie más apto para rastrear, confabular, intrigar y engañar al enemigo. . Allí confluían, en las montoneras, los indios, los mestizos, los gauchos, los pobres y olvidados que luchaban por un país que fuera igual para todos. Allí peleó al lado del Chacho Peñaloza, caudillo al que quería y admiraba. Ella era su protectora en esos combates cuerpo a cuerpo. Estas campañas las realizó junto a su compañero , Agustín Palacios, con quién se había casado, hasta la muerte de este en una batalla.
 Acabado el tiempo de las montoneras le ofrecieron  un cargo de sargento mayor en la policía de San Juan, donde se desempeño durante un tiempo prolongado.
 Murió en 1887 convirtiendose en un mito en San Juan.
La tumba de Martina Chapanay es centro de una devoción popular , reúne a cientos de devotos entre el pueblo sanjuanino .
Se cuenta que un cura, Elacio Bustillos, cubrió la tumba de Martina con una laja blanca, sin ninguna inscripción, ya que, dijo, “todos saben quién esta allí”.

El cantante León Gieco, con la colaboración del historiador y ensayista Hugo Chumbita, publicó en el 2001 un CD “Bandidos rurales”, que contiene un tema del mismo nombre y donde menciona a Martina Chapanay.
Como todos los mitos populares, la vida de Martina Chapanay fue construyéndose de boca en boca. Muchos son los historiadores que han escrito sobre Martina. El libro más fidedigno es el de Mabel Pagano, Martina Chapanay, montonera del Zonda.
La figura de los  caudillos, hombres y mujeres, representa un tiempo, un espacio, una lucha, una liberación. Ignorados por la historia oficial, casi siempre luchando contra los poderes centrales, convirtiéndose en una molestia con sus banderas, símbolos, tierras, lemas, siempre algo por lo que luchar y defender.
Los argentinos fuimos educados por el  esquema sarmientino de "civilización o barbarie"  que guarda todo el secreto de la  historia del caudillaje. Porque si se comprobara su falacia, si llegara a establecerse que los "bárbaros" no eran tan bárbaros y que los "civilizadores" no eran tan civilizados, la historia oficial se derrumbaría como una casa de papel y buena parte de los próceres quedarían a la intemperie. Esto  nos obligaría a repensar toda la historia argentina, de ángeles y demonios, en donde los “buenos” pareciera que representan un principio superior, una forma de excelencia, donde el pueblo es bárbaro e imposible de domesticar.

 En ese pensamiento diferente reivindicamos a Martina Chapanay , la rubia Moreno, la Pasto Verde y tantas más,  bravas como leonas,  que dejaron su sangre por nuestra libertad.


lunes, 1 de julio de 2013

Violeta Parra.

Violeta Parra.






 Violeta Parra, nace el 4 de octubre de 1917, en una modesta vivienda  en San Carlos en el   sur de Chile.Su padre es maestro y  folklorista,  su madre  colaborara con el sustento de la familia realizando tareas  de costura. Violeta tuvo ocho hermanos, varios de ellos artístas.  
 Hacia 1927 el padre,  se queda sin  trabajo  y se hunde en el alcohol  . Su madre hace lo imposible para mantener el hogar a flote cosiendo infatigablemente, lavando, vendiendo  lo necesario.
Los niños revelan precozmente su inclinación al espectáculo. Imitan a los artistas de los circos que se instalan en las proximidades del hogar. Se disfrazan con atuendos de papel;  montan  shows por el que cobran entradas a los niños.
Violeta sigue cursos primarios y un año en la escuela normal, pero abandona sus estudios pronto y debe trabajar en el campo para ayudar a su familia. La pobreza es combatida por los niños que  cantan en trenes, campos, pueblos, calles e incluso en más de un burdel.
A los doce años compone sus primeras canciones que acompaña con la guitarra. El dinero que aporta se hace más necesario que nunca. El padre ha muerto; esto parece señalar el alejamiento definitivo de la infancia. Marcha a Santiago poco antes de cumplir los veinte años. Sus comienzos son muy  duros, sus primeras presentaciones las hizo en sitios muy modestos tales como boliches de barrio, circos, quintas de recreo, radios, etc., en donde interpretaba tonadas de carácter popular e incluso boleros románticos. Tiempo después decide interpretar música de género folklórico y componer. En la mayoría de sus creaciones se advierte la manifestación de un mundo interior rico en vivencias de hondo contenido humano, reflejo de una vida triste y poco feliz.
Se casa y tiene dos hijos,  Isabel y Angel, continuadores luego de su arte, posteriormente con otra pareja tiene dos hijas más.

Por esa época recorre distintas localidades de Chile , trabajando en teatros , recopilando canciones antiguas de su país. Su labor como recopiladora de las tradiciones chilenas es muy valiosa para la cultura de este país. . Con un grabador y una guitarra, llega a los lugares mas recónditos para rescatar el folklore olvidado de su pueblo.
 En 1953 comienza a alumbrarse el verdadero genio de Violeta . Después de un recital en casa de Pablo Neruda, Radio Chile le contrata una serie de programas que la lanzan a la primera línea del arte folklórico del país. Sus obras ya son muchas,  y comprenden Tonadas, Parabienes, Villancicos, Refalosas, Cuecas.
 Obtiene el premio Caupolicán, otorgado a la folklorista del año. Es invitada al Festival de la Juventus, en Polonia, y recorre la Unión Soviética. Logra un gran éxito en Europa y fija su residencia durante dos años en París, grabando allí sus primeros discos y sus recitales son transmitidos por radio y televisión. . El éxito obtenido en Europa era inédito para cualquier artista chileno, y Violeta se llenó de inspiración y creatividad. Estando en París que se entera de la muerte de su hijita Rosita Clara de pulmonía, quién había quedado en Chile. 

A su regreso  funda y dirige el Museo de Arte Popular en Concepción y graba nuevos discos, además de reiniciar su labor de recopilación folklórica. También  comienza a pintar y hacer tapices, y esculturas en alambre, y se inicia como arpillerista, inventando materiales y técnicas .
Ya en esa época,  asoma la cantante preocupada de temas sociales, compone Yo canto a la diferencia,  Por qué los pobres no tienen, y también comienza a conocer la censura. En Argentina, se prohíbe su albúm Todo Violeta Parra.
 Vive alternativamente en Chile, Argentina y Europa, donde graba discos, realiza recitales y exposiciones de sus obras de arte. Hasta expone en el Museo del Louvre, primera  latinoamerica en este lugar.
Por esa época se lanzan al   mundo de la música, sus hijos Ángel e Isabel, con el nombre  Los Parra de Chile. Violeta compone y canta en francés.  Graba Paloma ausente y Arriba quemando el sol, de las que surgirán múltiples versiones con posterioridad.  Violeta en Europa  abre caminos a diferentes folkloristas latinoamericanos que posteriormente recalarán en el Viejo continente con nuestro arte.

En este período forjó una firme relación junto al musicólogo y antropólogo suizo Gilbert Favre, el gran amor de su vida —con el que vivió en Francia y Suiza, y destinatario de sus más importantes composiciones de amor y desamor (Corazón maldito, El gavilán, gavilán, Qué he sacado con quererte, entre muchas otras).
Sus textos más combativos surgen  en esta época: canciones como Miren cómo sonríen, Qué dirá el Santo Padre, Arauco tiene una pena y Según el favor del viento formarían la base de la corriente musical conocida como la Nueva Canción Chilena.
En 1964,  la televisión de Suiza filmó un documental sobre su trabajo (Violeta Parra, bordadora chilena), que se constituyó en una de las escasas fuentes audiovisuales que hoy se conservan de Violeta.
En junio de 1965 regresa a Chile. Instala en las afueras de Santiago una gran carpa, especie de circo, a la que llama Carpa de La Reina,  con el plan de convertirla en un importante centro de cultura folclórica, junto con sus hijos , y  folcloristas reconocidos en Chile.  A pesar de su sueño de convertir la carpa en un referente para la cultura de Chile, la respuesta no fue  motivadora, y el público no la apoyó.
La indiferencia del público chileno, el final de su relación con Gilbert Favre , la dejó en un estado de ánimo muy vulnerable. Hay múltiples versiones, acerca de otros motivos y relaciones que también pudieron contribuir a sus continuas depresiones.
 Sus últimas composiciones, en su último disco lanzado ese mismo año , incluye sus himnos Gracias a la vida y Volver a los 17, además de otras canciones importantes y conocidas.

El 5 de febrero de 1967, a los 49 años de vida,  Violeta Parra se suicidó en la carpa de La Reina, dejando  su legado  a Chile y el mundo. Mientras para muchos resulta paradójico que la autora de ese himno,  que es Gracias a la vida terminara suicidándose sólo un año después de escribirla, otros críticos  ven en la letra, en el estilo de musicalización, en los tonos   el reflejo de un estado de ánimo depresivo y una canción de despedida.
 Violeta Parra ha sido versionada por una innumerable cantidad de músicos chilenos, entre los que se cuentan Víctor Jara, Quilapayún, , Patricio Manns, Los Jaivas, Inti Illami.  Tributos en rock  y baladistas populares han incorporado su música a sus repertorios. Una gran cantidad de canciones de Violeta Parra son cantadas por sus hijos Ángel e Isabel y sus nietos Ángel Parra Orrego  y Tita Parra continúan con su obra.
En Argentina han grabado sus canciones Mercedes Sosa, Fito Páez, Pedro Aznar, Charly García, León Gieco, Alberto Cortez, Facundo Cabral, Ligia Piro.
Violeta Parra fue una artista que imprimió en  todas sus creaciones  un profundo contenido humano. Sus obras han traspasado fronteras lo que demuestra su universalidad, pero su rasgo más notable fue su entrañable cariño por su patria y su Pueblo.
La vida de Violeta parece tener ese  destino latinoamericano, mezcla de tragedia desgarradora, con pobreza, talento, tradición y  grandeza que la hace una mujer inquietante e inolvidable.

Dice de ella  su hermano Nicanor Parra: "...Sólo sé que pasó por este mundo
como una paloma fugitiva…..